Hablando de recuentos...

"Little we know the things for which we pray"

--Chaucer

"LA HISTORIA EN BREVE" POR CIRO GÓMEZ LEYVA
La definición más divertida que he escuchado sobre el gabinete en la inexorable evaluación de mitad de sexenio propone que es como una banda de aspirantes a pop stars. Divertida, aunque en principio injusta. Si bien parte de ejemplos suficientes sobre Marta Sahagún, Jorge Castañeda, Fernando Canales Clariond, Adolfo Aguilar Zinser, el propio Vicente Fox, y algunos más sobre Santiago Creel, Javier Usabiaga, Carlos Abascal y Pedro Cerisola, olvida a los funcionarios discretos y puntuales que podrían darle balance al equipo: Alejandro Gertz, Rafael Macedo de la Concha, Gerardo Clemente Vega, Julio Frenk, Eduardo Sojo.
No es poca cosa. Un secretario de Seguridad Pública al margen del escándalo. Un Procurador que no vive de los “hallazgos geniales” ni de las frases ramplonas. Un secretario de Defensa con lo mejor de la cultura de los generales austeros. Un secretario de Salud que no salta sin red de protección. Un coordinador de Políticas Públicas que no es prestidigitador. Y podría agregarse al secretario de Hacienda que no celebra triunfos en donde sólo hay dudas. O al siempre sensato director de Pemex. Incluso a la secretaria de Desarrollo Social que, haga lo que haga, siempre irá cuesta arriba.
¿Por qué pesa tanto entonces la percepción de que este gabinete es una mala escuela de cantos y juegos, un tallercito de actuación, una pandilla de frívolos? ¿Sólo porque la directora de Comunicación Social se casó con el jefe? ¿Porque el presidente dice “y yo por qué”? ¿Porque el primer canciller prometió que nos comeríamos la “enchilada completa” con los gringos? ¿Porque cuando los ejidatarios se daban de machetazos en las calles, el secretario de Comunicaciones y Transportes decía que hablaba con los patos? ¿Porque el secretario de Comercio asegura que perder el trabajo no es ningún drama? ¿Por el “cenas y te vas”? ¿Porque el secretario de Gobernación jura que en la pista de esquí nadie le informó que una empresa de televisión se había apoderado por la fuerza de las instalaciones de otra televisora? ¿Por las toallas, por los guerreros de terracota, las portadas en Caras y Quién? ¿Porque el presidente dice que no está de acuerdo con el presupuesto que firmó y envió al Congreso? ¿Por Ciudad Sahagún? ¿Por Sari Bermúdez, por Juan Hernández, por Carlos Rojas? ¿Porque el funcionario que representó a México en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue el último mexicano que le mentó la madre a los gringos? ¿Porque el presidente quiso reunificar a las Coreas?
Paro porque se me termina el espacio. Me faltó, cuando menos, otro tanto de ejemplos para darle la razón a quienes hablan de los pop stars y piensan que nos hemos pasado tres años en el circo. Circo de carpa, de esos tristones que se instalan en una cancha de tierra alejada de la mano de Dios. ¿La mano de Dios? ¿El secretario del Trabajo que se pelea contra la obra de Carlos Fuentes? ¿El mejor secretario de Agricultura de todos los tiempos? ¿El principado de Ramón Muñoz? ¿Las encuestas de Francisco Ortiz? ¿Las traducciones del Negro Elizondo? Tienen razón, la percepción es más que un prejuicio. Es una larga secuencia de hechos verificables. Así es que: tercera llamada, comenzamos el segundo acto.